miércoles, 18 de noviembre de 2009

LA PROPUESTA

En algún momento de mis reflexiones he hablado de “resemantización del paisaje”, pues bien, abordo tal idea desde las nociones de un paisaje vivido, transitado, de las sensaciones que el recuerdo y la memoria activan en momentos de introspección estando en el taller frente a la tela, entre acciones y reflexiones, entre el pintar y el detenerse a observar adentro y afuera, la pintura como metáfora de la vida misma. Habla mi trabajo también de esas experiencias que se manifiestan involuntariamente en la pintura, está claro que no busco la representación de ningún fenómeno manifiesto en la naturaleza, sin embargo, si busco que esa naturaleza me sensibilice al punto de poder llenar de posibilidades a la mente creativa y así vaciar elementos consecuentes como colores, los gestos, los trazos, que evidencien estados mentales y sensaciones producidas en presencia de eventos naturales, bien desde la memoria o desde el estar plantado ante ella, sensibilización que inspiró a los románticos en su momento descubriendo la majestuosidad y grandeza de los eventos naturales que sobrepasan al hombre. En mi caso, la observación de fenómenos tales como la bruma que se disipa y se arremolina y retorna en la montaña, las bandadas que migran de un lugar a otro, la solemnidad de un alba o un ocaso, o de lo diminuto como las decenas de manchas encontradas en una semilla de piñón o en el florecer de una bromelia.

SOLUCIÓN

Más allá de la mera observación, se hacen presentes otras características igualmente provechosas para mi pintura, entre ellas el “accidente” , el permitir espacio a lo aleatorio, a lo amorfo, a lo inesperado, lo que deviene en riqueza. Es decir, en la solución a mi planteamiento intervienen diversos factores, por una parte la intuición juega un gran papel, el arrancar de la nada y seguir el impulso, de forma automática lanzar pintura y pincelada, para luego detenerme a observar el resultado y poco a poco ir descubriendo las claves que llevan al paso siguiente, de esta manera entre acción y reflexión, entre lo conciente y lo inconciente van apareciendo elementos que tras su análisis busco compensar, equilibrar, completar… y así entre el juego de la razón y la intuición consigo cosas que activan una nueva interpretación de ese paisaje mental.

Entiendo a la memoria como ese gran campo de posibilidades, como al gavetero contenedor de millones de gavetas, contenedoras a su vez de todas las experiencias de vida, las cuales, la mente clasifica, ordena y jerarquiza sin ser un proceso conciente para el sujeto, de donde se desprende la posibilidad de nuevas asociaciones, de donde afloran nuevas ideas, transformadas o no. Para el artista es éste el campo de todas las posibilidades, está en el ejercicio mental y lo intuitivo la brecha de donde surgen las obras. Es por ello que asumo que hay que llenar día a día esas gavetas, en mi caso, trato de disfrutar al máximo de los grandes y pequeños detalles que la vida ofrece, a pesar de estar inmerso en el paisaje urbano, trato de acercarme al paisaje natural de donde se deriva mi motivación, me impresionan los cambios frecuentes del ávila, me sorprenden las formas que consigo en el jardín botánico, los colores del ocaso guaireño, el constante susurro del oleaje en la playa, los cánticos de aves al amanecer en cualquier pueblo andino, las bandadas de la sabana…

“El paisaje no es ya pura extensión física. Escenografía pasiva para el drama humano. La naturaleza es realidad emocional, dedicada vida sensible que un pintor debe percibir, aprehender. El arte del paisaje aspira así a expresar la fina y plástica vida que fluye por las montañas, aguas, bosques.” Esteban Ierardo

Nota: Resemantización, concepto fundamental para trabajar los referentes clásicos. Se utiliza este vocablo para referirse a la utilización de algo ya existente (clásico) a lo que se dota de un nuevo significado, sea un mito, sea un modelo artístico, sea un tópico literario.

martes, 17 de noviembre de 2009

ANTECEDENTES PERSONALES

“La creencia de que la naturaleza es caótica y que el artista pone orden en ella es, en mi opinión, un punto de vista muy absurdo. A lo máximo que podemos aspirar es a poner orden en nuestro interior. Es lo que sucede cuando un hombre traza su camino en el momento adecuado.”
Williem de Kooning

De niño soñaba con ser piloto de guerra, afortunadamente ese sueño nunca se cumplió. Por el contrario, gracias a diversas circunstancias y accidentes de la vida, a muy corta edad entro en contacto con la naturaleza viva. Jugar entre los jardines que tanto cuidaba la abuela, lirios, rosas, diminutas florecillas de todos los colores, las palmeras violeta, los crotos de singulares y atractivos colores y manchas, los árboles frutales de todo tipo, las quebradas en las que pululaban peces multicolor, los cafetales en rojo encendido, los maizales amarillos como el oro, las gallinas saraviadas, los patos de plumaje violeta tornasol, los loros y guacamayas… la vida hecha color y sonido y movimiento.

En momentos reflexivos he buscado en la memoria y me he topado con toda una vida de recuerdos, siento que de una u otra manera el haber vivido tantos años en el campo, rodeado de el exuberante color que él genera, el haber vivido tantas experiencias alegres y otras no tanto, fueron moldeando lo que con los años se convertiría en detonante para mi vocación por la pintura, considero que toda esa sensibilización a la que me expuse de niño ha ido aflorando con el paso del tiempo y claro está, con el ejercicio de la pintura.

Mis primeros pasos formales en la pintura se dan hacia el año 1990 al ingresar a la Escuela de Artes Plásticas de San Cristóbal donde cursé un bachillerato en humanidades mención artes plásticas, de la mano de maestros cuyo trabajo arraigado al costumbrismo, el paisaje andino, las escenas de arados con bueyes, las siembras de claveles y pompones, las montañas nubladas, las casitas de bareque y tantas otras imágenes de esa tierra mágica formaban parte de las propuestas de pintores como Pedro Barrientos, Elcer Becerra, los hermanos Melani, Luviro, y otros maestros cuyos nombres escapan a mi memoria, quienes fuertemente inspiraron el amor por las Artes, especialmente la pintura y la escultura.

Tras varios años de copiar del natural y seguir los pasos de la escuela andina y generar una producción enmarcada en la representación del paisaje natural, ingreso en la carrera de Diseño Gráfico, con la cual los paradigmas de la imagen varían, descubro nuevas posibilidades expresivas en el estudio de normas y leyes compositivas, ejercicios de color y toda una serie de estructuras comunicacionales, el estudio de las vanguardias, el descubrir a todos esos movimientos de principios de siglo pasado y transitar por la historia contemporánea del arte motivan nuevas aventuras en mi mundo visual, tal vez uno de los detonantes más importantes fue leer a Kandinsky, descubrir el Abstraccionismo Lírico, esto conllevó a nuevas experimentaciones en la pintura a pesar de estar en una escuela de diseño.

En esta temporada (1997) desarrollo gran cantidad de ejercicios de tintas y acuarelas, exploraciones con la aguada, en las que empiezo a descubrir grandes posibilidades expresivas en la mancha, en el color, de una u otra manera ligadas a la otrora idea de paisaje, pero por supuesto ya no de ese paisaje natural, representativo, si no, del paisaje mental.

Tras mucha experimentación, aciertos y desaciertos empiezan a surgir una serie de pinturas a partir de año 2000 que van a tornarse los antecedentes definitivos de la propuesta que hoy desarrollo, es decir, son los primeros pasos dentro de la abstracción, la mancha y el color como elementos expresivos de eso que he dado por llamar paisaje mental, término que acuñaran los informalistas al referirse a las pinturas notablemente atmosféricas de su temprano predecesor August Strindberg.



viernes, 13 de noviembre de 2009

REFERENTES HISTÓRICOS III


ZAO WUO-KI
(Pequín 1921)

Pintor francés de origen chino nacido en Beijing. Descendiente de una antigua dinastía de músicos, estudió pintura tradicional y al óleo en la Escuela de Bellas Artes de Hangzhou, escuela de la que también fue profesor. En 1948 se trasladó en París, dónde se hizo amigo del escritor Henri Micheaux y de los más famosos pintores de Europa occidental de la época, Picasso, Miró, Giacometti, Vieira da Silva, Hartung y Soylages, entre ellos. Mezclando el arte chino tradicional con el europeo, comenzó a pintar bajo la inspiración de Klee, Picasso o Matisse, pero desde 1954 se orientó hacia una abstracción lírica de enorme sutileza en donde ha venido tratando de captar los flujos ocultos de la naturaleza, sus influjos en el cuerpo y la lucha del propio cuerpo enfrentándose a la tela. Ha realizado exposiciones en la Biblioteca Nacional de París (1979), en el Grand Palais de París (1981) y en el Museo Ingres de Montauban (1983).

Recuperado (10-10-2009) en: http://www.epdlp.com/pintor.php?id=2682


Pintura - 1958 . Óleo sobre tela . 73 x 100 cm.


18-3-85 - 1985 . Óleo sobre tela . 162 x 150 cm.


En mémorie de May - 1973 . Óleo sobre tela . 200 x 536 cm .

Las grandes superficies intervenidas por manchas que resuelven la composición, los elementos que nos remiten a lo paisajístico logrados en su pintura son en cierto sentido reminiscencias de la pintura oriental herencia de los maestros antiguos como Shitao y la filosofía Zen, además de las influencias contemporáneas de artistas como Klee, Picasso o Matisse que le fueron dando forma a su propuesta, derivando más tarde hacia el abstraccionismo lírico, haciendo uso del poder de síntesis reflejado en grandes manchas contrastadas con pinceladas muy chicas, chorreados, accidentes controlados, y tantos otros recursos presentes en la obra de wuo-ki son en suma lo que ha brindado el escenario perfecto para su creación.

“El paisaje no es ya pura extensión física. Escenografía pasiva para el drama humano. La naturaleza es ya realidad emocional, delicada vida sensible que un pintor debe percibir, aprehender. El arte del paisaje aspira así a expresar la fina y plástica vida que fluye por montañas, aguas y bosques.” Son éstas palabras de Esteban Ierardo hablando la pintura china antigua, de lo que considero cala muy bien con el trabajo de Zao Wuo-ki.

martes, 3 de noviembre de 2009

REFERENTES HISTORICOS II


CY TWOMBLY
(Lexington, EEUU, 1928)

Twombly es uno de los artistas en activo más relevantes e influyentes. Aprincipios de los años cincuenta se formó en la School of the Museum of Fine Arts de Boston, en la prestigiosa Art Students League de Nueva York y en el Black Mountain College de Ashville, Carolina del Norte. Conoció al también artista Robert Rauschenberg mientras estudiaban en la Art Students League. Ambos artistas, cercanos en edad y con numerosos intereses en común, forjaron una larga amistad. Twombly mostró una gran fascinación desde el primer momento por los universos de la literatura clásica y de la historia, que ejercerían una influencia importante en su lenguaje y creación artísticos.

El compromiso del Museo Guggenheim de Bilbao con la obra de Twombly le ha llevado a la reciente adquisición de la serie Nine Discourses on Commodus (Nueve discursos sobre Cómodo), 1963. Esta obra, en torno a la cual gira la exposición, contiene nueve lienzos que no se pueden disgregrar y es la primera serie concebida unitariamente por Cy Twombly. La exposición muestra la obra del artista de acuerdo a sus series, entre las que se incluyen Ferragosto (1961), de cinco lienzos, que, a diferencia de la anterior, sí puede exhibirse como pinturas individuales. Se incluyen también las importantes series Hero and Leandro (Hero y Leandro), de 1984, y Quattro Stagioni (Cuatro estaciones), de 1993-94.

Las cerca de cien obras seleccionadas, entre pinturas, dibujos y esculturas examinan su dilatada trayectoria y la singularidad de su obra. Cy Twombly nos permite ahondar en el espíritu de este maravilloso artista que, como apunta Carmen Giménez, comisaría de la exposición, "no sólo irradia una fascinante magia personal, sino que nos ha llevado hasta los más intrincados límites de la pintura contemporánea".

Recuperado (20-10-2009) en:

El arte de Twombly es extremadamente complejo y lleno de alusiones, asociaciones y referencias que no son fáciles de descifrar. Twombly quien también procede del Actión Painting, pero que al cabo de los años su evolución le ha ido apartando formal y sustancialmente de su robusto vitalismo y dramatismo. El nerviosismo de su idioma inspirado por los graffiti, recuerda las redes lineales de Alberto Giacometi, mientras que el mecanicismo compositivo de diseminar o dispersar los signos y las marcas a lo largo de la superficie está en deuda con el enfoque all-over de Jackson Pollock. Utilizando referentes de la mitología y la literatura, desde el Marqués de Sade a John Keats y los escritos de Goethe en Italia, el “primitivo de una nueva trayectoria” de influencia europea ilustra los temas dominantes de Eros y la Muerte, la sexualidad y la violencia, en un código gráfico-pictórico alusivo que tiende más a ocultar que a revelar. Los toques sensibles y caligráficos de Twombly convierten el vago tejido de las composiciones en una unidad.

Ruhrgber, Schneckenburger, Fricke, Honnef (2005). El traslado de París a Nueva York. En Arte del siglo XX (pp.285-286). India: Taschen.




















Hero y Leandro (a Christopher Marlowe) Roma, 1985





















Las cuatro estaciones (Primavera, verano, otoño, invierno).1993-94














Sin título 2001, Acrílico, pastel, lapiz, collage sobre papel


Sucede que con cada autor con el que me hallo identificado y que encuentro referentes con mi pintura, de una u otra manera ha movido algo en mí que me hace reflexionar sobre el trabajo que vengo desarrollando, Twombly ejerce también cierta influencia, tan solo con observar las obras aquí mostradas (y tantas otras) y recorrerlas poco a poco con esa mirada escudriñante consigo en el transitar una gran cantidad de elementos plásticos que no sólo agradan a la vista, si no que también tocan el alma y hacen observar con detenimiento y generar nuevos pensamientos que al irse asociando devienen en nuevas posibilidades expresivas, tan solo hay que fijarse en los diversos elementos compositivos como la soltura del trazo, las composiciones balanceadas y unificadas por esa pincelada suelta que a modo de notas musicales le van generando melodía y ritmo a la composición pictórica , los énfasis en lugares clave del cuadro, acentuaciones de negro matizado con analogías cromáticas que se superponen pero no lo niegan, las atmósferas que logra con tal sutileza y redimensionan el espacio-tiempo proporcionando al observador ese sentimiento de paz interior, es así como la obra habla desde las partes y a su vez desde el todo.